Hola!
No fue un camino fácil ni directo; estuvo lleno de giros inesperados, desafíos y decisiones difíciles. Pero cada paso que di me llevó más cerca de mi propósito, una misión que al principio no estaba clara, pero que con el tiempo se fue revelando.
Mira lo que redactaba el «Mundo» en Octubre de 1999
Todos los sectores estrategicos preparan planes de emergencia para combatir el efecto 2000. Miles de españoles pasarán en su puesto de trabajo la ultima noche del siglo.
Año 2000…
Pues en este cambio de milenio comenzó mi etapa madrileña. Aunque soy manchego, migré a la capital cuando terminé mis estudios (¡joder, qué año!) y tuve la suerte de formar parte de dos multinacionales del sector de la electrónica durante 12 años, donde, con un espíritu emprendedor innato, empecé a explorar el mundo de los negocios de forma paralela, con un ojo puesto en internet y en la creación de páginas web, picando código.
Aquí estoy, hecho un lechón con patas, jajaja… recuerdo aquellos momentos de tanta intensidad, sobre todo, cuando llegaba final de mes y había que cumplir los objetivos de X instalaciones y era un no parar de llamadas con los técnicos.
Año 2007…
Mi vida dio un giro crucial cuando, en julio de 2007, decidí volver a mi tierra junto con mi chica, Cristina, que ahora es mi mujer, y tenemos dos hijos fantásticos: Asier y Gael.
Todavía recuerdo el momento cuando el que fuera mi responsable, Marcos (¡hola, Marcos, si estás leyendo esto!), me dio la triste noticia de que si regresaba a mis orígenes no podía conservar mi puesto de trabajo.
Te pongo en contexto: yo trabajaba moviéndome de un lugar a otro por toda la comunidad de Madrid, Castilla La Mancha y otras zonas de España, siempre en mi coche de empresa y coordinando equipos.
Por lo tanto, mi propuesta solo era cambiar de residencia, pero no cayó bien entre mis superiores.
¿Y sabes? Cuando uno sabe que es válido en lo que hace y lo demuestra a diario, se siente con el poder de luchar hasta donde haga falta para defender lo que sea necesario.
Y así lo hice: me salté toda la jerarquía habida y por haber de los managers y responsables que por aquel entonces tenía, y me planté directamente en el despacho de Pilar, la que fuera directora de recursos humanos por entonces.
Y con todos mis cojo*es le dije: “Hola Pilar, quiero hablar contigo ahora”. Jeje, vaya trago para la mujer cuando se quedó mirándome sin saber qué decir. Pues no pasó nada, no me comió; me invitó a sentarme y yo le conté mi película. La escuchó y me dijo que ya me diría algo.
Sí, te la cuento.
Mi película era muy sencilla: quería irme a vivir a mi tierra porque no quería meterme en una hipoteca de 300.000€ por un piso de 70 metros cuadrados, pero quería conservar mi trabajo.
Por cierto, muy bien pagado, con coche de empresa, con visa de empresa, con cheques restaurante, con ordenata, hoteles, viajes en avión, en tren, buenos restaurantes…
Me organizaba mis tiempos, ahorraba prácticamente todo mi sueldo quitando los gastos básicos de la casa y el alquiler. No supe lo que era pagar por repostar con mi dinero, comer, cenar fuera… ¿Quién coño se podría ir de un trabajo así porque tu jefe directo te diga que no puede ser?
¡Que me quiten lo bailao! La empresa nos brindaba muchos momentos de ocio, y organizaba convenciones anuales de escándalo. Por todo lo alto, pero mucho, y más…
Pues ahora viene lo mejor. Ese mismo día por la tarde, ¿sabes quién me llamó? Sí, el mismo, el auténtico, el jefe, el valenciano, el Sr. Marcos.
Con tono serio me dijo. ¿Por qué has tenido que ir a visitar a Pilar sin pedir permiso a nadie? ¿Sabes que no ha sentado bien y que se han enterado el director y los coordinadores? Ya te dije que no era posible seguir trabajando aquí si te vas, y te ha dado igual.
Ok Marcos, pues lo he hecho porque el NO ya lo tenía, y como el NO ya lo tenía, me tiré a la piscina sin manguitos. Así de simple.
De todas formas, debo decir que Marcos era y seguirá siendo un buen tío, y muy comprensible, después de la conversación que tuvimos solo me dijo que no esperase ningún cambio en la decisión que ya estaba tomada por parte de la empresa, pero que me entendía. ¡Empatizó conmigo joder!
¿Y ahora qué? ¿qué va a pasar?
Redoble de platillos…
Imagina esta escena.
Un viernes de julio del año 2007, en mi coche “de empresa” junto con Cris y con el aire acondicionado a toda castaña.
Nos íbamos de finde a nuestro pueblo y estábamos parados en un semáforo de la Avenida Ciudad de Barcelona después de pasar por la estación de Atocha dirección al Puente de Vallecas para después enganchar con la M-30 y N-IV.
Ringggggg!! Suena el teléfono “de empresa”, descuelgo, y ahí que estaba otra vez Marcos.
-¡Cuéntame!
Me dijo así como te lo cuento: “Al final te has salido con la tuya, ¿eh?”.
— ¿Cómo? ¡Comiendo lomo…! — (Eso me lo dicen los capullines de mis hijos).
No, fuera de coña. Me quedé en silencio y le dije: “¿Eso es que sigo en la empresa aunque me mude?”.
— Claro, eso es lo que quiero decirte, Jose. Que te has salido con la tuya, y Pilar ha informado a todos los responsables que sigues conservando tu puesto con las mismas condiciones, aunque cambies de residencia.
¡Tomaaaaaaaaaaaa! Jajajaja, imagina la cecebración aquella noche calurosa de julio 😉
Y después, otros cinco años más en la empresa, pero con una vida más tranquila y en una casa con tres plantas, con patio y con un precio que nada tenía que ver con lo que nos pedían por entonces en el foro y alrededores.
¿Te mola esta cabra loca? Tengo aquí abiertas muchas de las herramientas con las que trabajo la IA, y he creado a esta cabra echándose un fiti. Y ya me he calentado y también la he puesto de favicon, jajaja…
Año 2012…
Ese año fue cuando decidí que quería dedicarme en cuerpo y alma al marketing, a explorar el amplio mundo de internet y las oportunidades que ofrece el online.
Como ya te avanzaba al comienzo, soy una persona a la que le gusta probar, y eso me llevó a pegármela muchas veces. Aún me la sigo pegando, pero el golpe es más liviano. Al final, la experiencia es un grado, ¿verdad?
Me embarqué junto con mi hermano y otros dos grandes profesionales y buenos amigos en lo que fue nuestra primera experiencia piloto de agencia. “Dulce Idea” así la bautizamos, pero duró bien poco.
Éramos inexpertos en negocios y con menos papeles que un gato de escayola. Solo uno de nosotros era autónomo y así fuimos tirando un tiempo.
No duró mucho porque tampoco era consistente y no teníamos clientes estables. Pero había que probar.
Después, quedamos mi hermano (licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas) y yo, y fuimos profesionalizando nuestro trabajo, vamos, que terminamos en una oficina y con nuestros primeros clientes, donde hacíamos trabajos varios (web, redes, publicidad en camisetas y más…)
Me di cuenta de que no bastaba con ser autodidacta en este sector, porque yo venía de la electrónica de consumo, y entré a formar parte de una escuela de negocios donde me formé de manera sólida en marketing, especialmente en SEO y en diseño y desarrollo web.
Gracias a eso, ya pudimos conseguir mejores clientes y creamos nuestro primer proyecto de agencia (Konectalia), de la que todavía se hace cargo mi hermano.
Mi hermano Javier y yo en el stand de una feria. Hicimos unos 20 contactos y no cerramos ninguno, jajaja… pero que bien lo pasamos.
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Año 2016…
Después de cuatro años trabajando juntos, no veíamos mucho color, las cosas como son. Yo tenía a mi primer hijo muy pequeño y no me salían las cuentas.
Fue entonces cuando vi una oferta de trabajo en una empresa tecnológica que necesitaba un perfil de diseñador web, y ahí que me inscribí.
Y ahí fue cuando mi hermano y yo tomamos caminos diferentes. Me contrataron y allí estuve ocho años trabajando. Sinceramente, los cuatro primeros años fueron los mejores, pero vino la pandemia y todo cambió.
Año 2020…
No voy a entrar en detalles, pero en este año pude ver con claridad que estaba en un sitio donde no tenía ninguna progresión y ya había tocado techo.
Pero la vida es caprichosa. Ese mismo año contactó conmigo Marta; lo hizo a través de la empresa donde trabajaba y buscaba un profe para el Máster de Marketing Digital que se estaba impartiendo en la Cámara de Comercio de Ciudad Real. Después te hablo más de ella.
Era un jueves, y me dijo que se habían quedado sin profe de SEO y que me necesitaban para el lunes siguiente. Que si quería formar parte.
Y yo, que soy una persona que se tira a la piscina “sin manguitos”, le dije: “Pues claro, hazme hueco que voy, jeje”.
Aquí estoy en ese famoso lunes. Recuerdo el finde preparando la clase y dando vueltas por el patio de mi casa de como comenzaría la ponencia. Era mi primera jodida vez, la primera vez que iba a impartir conocimiento de forma presencial. Porque no es lo mismo a través de una pantalla que ver a la gente delante de ti. Ese calor, esas miradas atentas. Puf!! Dopamina pura.
A partir de ahí, comencé a crecer también como formador, lo que me llevó a potenciar mucho más mi academia online, que ya tenía, pero a la que no le estaba sacando todo el jugo.
Comencé a labrarme otro camino paralelo a mi trabajo en la empresa, y seguí formándome en copy, en publicidad, potenciando mis conocimientos de SEO, creando mi flota de webs de nicho, monetizándolas y sacando otro extra a mi sueldo. ¿Tú también estás en esta situación? En la de sacarte un extra a tu sueldo, quiero decir.
Final de año 2023 y comienzo de 2024…
Y seguí y seguí con más negocios digitales propios hasta que, en diciembre de 2023, paré y dije: en 2024 dejo mi trabajo y comienzo a escribir mi propia historia, a no dejar que nadie me ponga techo, a organizar mi tiempo, mi vida y mis ilusiones.
Y así ha sido. En enero de 2024, me metí en una formación muy potente de e-Commerce y a crear mis propias tiendas. En junio de 2024, decidí comunicar a la empresa que lo dejaba, así, sin anestesia, con mujer, hijos, hipoteca, préstamos…
Lo más normal hubiera sido quedarme donde estaba, eso me decían algunas personas allegadas, y las entiendo.
Tenía un sueldo competitivo, al menos por esta zona, trabajaba solo en horario de mañana y tenía la seguridad de una nómina.
Pero eso no es emocionante para mí, para una persona como yo que no sabe estar quieto, que le gusta explorar, que no se conforma, que se agobia de pensar que ya no puede aspirar a más en el lugar donde trabajaba, que sabe que hay un mar de oportunidades en el online. ¡A la mierda todo, joder!
A esta imagen la he bautizado «Cerebro del Arte» No me digas que no chana. ¿Te gustaría conocer la herramienta IA con la que genereo este tipo de imágenes del más allá?
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¿Y ahora qué? ¿Qué es lo que estás haciendo ahora, Jose? ¿Quieres que llegue al final de esta historia? Jejeje, pues claro, no te voy a dejar así llegados hasta aquí.
Que por cierto, si ya has llegado hasta aquí leyendo es porque utilizo el storytelling para contarte mi historia, y las historias conectan con las personas, somos curiosos por naturaleza. Si quieres aprender sobre storytelling y como puedes aplicarlo a tu marca personal, negocio o empresa, ¡SUSCRÍBETE A MI NEWSLLETER YA!
En estos momentos estoy generando mis propios ingresos con el e-Commerce, estoy especializado en la creación de páginas de venta para productos y servicios, estoy especializado en automatizaciones con IA, creo campañas publicitarias de conversión, trabajo para algunos clientes que confían en mi trabajo y paso mucho más tiempo con mi familia.
Ok, cojonudo, pero eso es porque yo lo digo. ¿Por qué me tendrías que creer?
Mira, no voy a poner un carrusel de testimonios aquí de mis clientes. Lo que voy a hacer es darle protagonismo a ellos, y si quieres saber cómo trabajo, no vas a tener más narices que contactar con ellos o me crees directamente, ¿vale?
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Estos de aquí son algunos de mis clientes personales:
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Jose.
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